ESCUELA PRESENCIAL – ESCUELA ONLINE
Que estas dos palabras no os asusten.
Voy a describir los requisitos que a mi parecer son imprescindibles para que podamos ser buenos profesionales dentro del Wushu y los Estilos internos.
La «Competencia Profesional» es la combinación de los siguientes factores:
a. SABER – Conocimientos, actitudes y destrezas físicas.
Esta claro que para trasmitir un conocimiento y más si éste requiere de ciertas habilidades físicas es imprescindible haberlo practicado durante mucho tiempo y a ser posible, dominarlo prácticamente en su totalidad.
Por consiguiente se hace necesario haber tenido una buena guía, un buen maestro. Una persona que nos haya hecho comprender la enorme responsabilidad que tendremos en nuestras manos, que nos haya despertado las actitudes adecuadas para llevarla a cabo y las pautas de entrenamiento optimas para ir desde 0 a 100, paso a paso y con soluciones en cada uno de ellos. También es imprescindible el conocimiento teórico y como éste debe aplicarse a las prácticas.
Un buen profesional debe construirse como si de un triangulo equilátero se tratase. Equilibrando las facetas físicas, las habilidades teóricas y humanas.
b. SABER HACER – Las formas metodológicas de proceder.
Sobre este punto ya hace tiempo publiqué un artículo. Por mucho conocimiento que una persona tenga si es incapaz de transmitirlo adecuadamente, de nada le sirve en nuestro sector.
Tan importante como tener dichos conocimientos y habilidades, es disponer de los métodos pedagógicos adecuados para que éstos lleguen a las personas. Lo que requiere un constante esfuerzo por parte del profesional a la hora de investigar e indagar sobre fórmulas de psicología aplicadas al deporte, estudios y métodos tradicionales, modernos, etc.
Dentro del Wushu me gusta dividir los enfoques de entrenamiento en dos: el moderno y el tradicional.
El método moderno es una adaptación del tradicional a los tiempos que corren, en el que lo entrenadores investigan para hacer que sus alumnos/atletas obtengan sus mejores resultados. Donde a los alumnos/as se les trata con pinzas, no vaya ser que en los entrenamientos se sientan «agredidos». Se busca mas, tener un «amigo» que un alumno.
En el método tradicional al alumno/a no se le dan explicaciones del porqué de los entrenamientos, simplemente deben hacerte caso y punto. Así era en la antigüedad, jamás un alumno replicaba a un maestro sobre su método de entrenamiento y mucho menos le hacía preguntas al respecto.
Sinceramente, considero que la mezcla de los puntos más fuertes de cada uno de ellos es la mejor fórmula para tener éxito y competencia profesional.
c. SABER ESTAR – Formas y pautas de comportamiento individual y colectivo.
No vayamos a convertirnos en ese médico que te dice que fumar es malo, mientras sostiene un cigarro entre sus dedos. Este es uno de los principales errores que como profesionales podemos realizar, no dando ejemplo con nuestros actos, palabras y acciones.
Debemos ser un ejemplo constante a través de nuestros actos. Si este punto no lo asimilas, olvídate de ser competente.
No puede ser que hablemos a nuestros alumnos/as sobre pautas de alimentación para mejorar el rendimiento en nuestros entrenamientos y nosotros pesar 140 kilos de pura grasa amorfa. Qué les digamos que antes de responder a un agresor debemos evitar la lucha mediando y a la primera de cambio, romperle la cara una persona. Qué les hablemos de seguir el Tao y la Virtud y nos pasemos media clase criticando a otros profesionales. En definitiva, debemos ser el ejemplo personificado de nuestras enseñanzas.
Que nuestros pensamientos, palabras y acciones, siempre vayan en una misma dirección.
Y lo mas importante, es juzgar nuestro propio comportamiento cuando estamos solos, cuando ningún observador externo puede hacernos actuar de una u otra manera. Es decir, ser profesionales íntegros en el comportamiento individual y en el colectivo.
Me viene a la mente el maestro Shaolin español que mataba prostitutas.
d. SABER SER – Formas de interacción y organización.
Me gustaría destacar dos puntos importantes, la organización de los programas anuales de nuestras clases y la manera en la que interactuamos con la comunidad marcial.
Si como profesional no tenemos organizado un programa anual, trimestral o semestral de entrenamiento, me da igual cómo, pero bien estructurado y, dejamos las clases al capricho de los que los alumnos desean hacer con tal de no perderlos. Mal vamos.
Es vital tener una buena estructuración, al menos trimestral, de la manera en la que evolucionarán nuestros alumnos/as dentro de las clases. Además debe estar adaptada a los diferentes niveles que en ella se dan. Para mí, la manera de impartir las clases debe ser amena, con momentos para las risas e interacción entre todos y, a la vez, los alumnos deben tener seriedad, compromiso y disciplina llegado el momento.
Para finalizar os dejo una serie de habilidades muy necesarias para nosotros los profesionales:
Un abrazo fuerte.