¿NEGOCIAR CON NUESTRA MENTE?

Si algo he aprendido a lo largo de todos estos años dedicado a la práctica de artes marciales es que negociar con nuestra mente es absurdo, siempre gana.

«La mente siempre gana en nuestras negociaciones»

Pero ¿por qué pasa esto?…

Es sencillo, todo tiene que ver con a qué le prestamos atención. Cada vez que generamos un pensamiento se suelen dar, al menos, dos posibilidades de respuesta: una constructiva (positiva) y otra destructiva (negativa). Si prestamos atención a la negativa, nuestra mente fija ese instante como postit en la nevera.

De volverse a repetir esa misma situación y necesitar de nuevo una respuesta, nuestra mente buscará la opción a la que anteriormente se presto atención, repitiéndose con mucha seguridad la misma respuesta. Os pongo un ejemplo.

Supongamos que tenemos que entrenar por nuestra cuenta, es un objetivo que nos hemos puesto para mejorar nuestra técnica, respiración, cuerpo, mente, salud, etc., lo que sea que queramos mejorar. Llegado ese momento, nuestra mente generará dos respuestas:

  • Voy a entrenar.
  • No quiero entrenar.

Si nuestra atención se dirige a la primera respuesta, no hay problema, tendremos la actitud adecuada para lograr nuestros objetivos pero ojo, siempre debemos tener cuidado de evitar las negociaciones posteriores a la decisión, recuérdalo.

En caso de prestar atención a la segunda opción, la negativa, el siguiente paso será buscar excusas. Estoy muy cansado, no tengo mucho tiempo, estoy sin ganas, he dormido mal, etc. Al final nuestra mente siempre encuentra el camino para salirse con la suya. Ella nuca falla.

El verdadero problema es que hemos asentado un precedente para el futuro con esa decisión, le hemos prestado atención a las respuesta mental que impedirá que consigamos nuestras metas y eso, créeme, hará que siempre tiremos a por ella como primera opción. La próxima vez que se repita la situación, el «postit de la nevera» nos conducirá a la misma respuesta, aunque quizás, seamos más originales a la hora de encontrar una nueva excusa. A la larga esto crea un patrón de impedimento, llevando al abandono a muchos practicantes.

Solamente existe una manera de sabotear nuestra mente en dichas negociaciones, se llama actitud.

Sí tenemos la actitud adecuada para conseguir las metas propuesta en base al entrenamiento, todo será más fácil. La actitud va ligada a la fuerza de voluntad y siempre optará por la primera de las respuestas. Y en caso de que ésta falle, debilitada por diferentes razones, hemos de acudir a la disciplina.

La disciplina no negocia, no quiere saber nada de respuestas a estímulos. Simplemente hace lo que debe hacer en cada momento. No se plantea las cosas, actúa.

La disciplina es el resultado del acúmulo de actitud y fuerza de voluntad en nuestras acciones. Y nunca falla.

«La disciplina no negocia»

Resumiendo, tenemos que evitar negociar con nuestra mente, debemos desarrollar una actitud adecuada y convertirla en disciplina. De esta manera siempre conseguiremos los resultados buscados en cuanto a nuestros objetivos personales.

Ahora bien, recuerda que la actitud necesitará de motivaciones para afianzarse.

Juanjo Estrella.

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