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El número tres posee una simbología muy aplicada a todo lo relacionado con taoísmo y sus prácticas. Dos de sus múltiplos principales son el número seis y el número nueve, ambos expuestos de manera habitual en textos, entrenamientos y un sinfín de acciones relacionadas con nuestros entrenamientos.
Queda claro que en taoísmo también se les da importancia a otros números aunque el 3 representa una matriz fundamental, ya que abarca dos extremos y un centro (equilibrio).
Al número 6 se le otorga un reconocimiento anexo a polaridad Yin (extremo), mientras que el 9 se le relaciona con la polaridad Yang (extremo). De hecho, la unión de ambos forma una figura muy similar al símbolo Yin-Yang, siendo el número 3 el que actúa como pegamento dentro de esta figura, permitiendo la unión y evitando el desbordamiento.
Regresando a la raíz de ambos (el número 3) podemos observar que muchas de las teorías de la MTC, taoísmo y entrenamientos, se basan en él. Por ejemplo, existen los “Tres Puros” 三清, deidades principales de taoísmo ceremonial residentes en la cumbre de los 36 Cielos taoístas.
Siguiendo esta senda nos encontramos que el Cielo de los Inmortales se encuentra en el número 33, siendo éste el objetivo a alcanzar por cualquier devoto taoísta.
En MTC, como base de prácticamente casi todos sus postulados, encontramos los “Tres Tesoros” 三宝, los que dan composición a un ser humano y su funcionalidad orgánica. Son: Jing 精 (esencia), Qi氣 (energía) y Shen神 (espíritu).
También tenemos, teoría más cercana a las prácticas internas, los “Tres Poderes” 三才, que explican y regulan la interactuación del ser humano con las energías del universo a través del campo electromagnético en el que nos encontramos. Estos son: Tian Qi 天氣 (energía celestial), Ren Qi 人氣 (energía humana) y Di Qi 地氣 (energía telúrica). Como podemos observar el número tres y sus múltiplos son indiscutiblemente protagonistas de nuestra historia.
Centrándonos en el entrenamiento existen varios apartados que los citan y sobre los que me gustaría compartir un punto de vista personal, basado en mi experiencia como formador de profesionales.
Las Tres Actitudes 三渝 “San Yu”.
Olvidadas por la mayoría de los practicantes y realizadas por el resto sin siquiera saberlo, las “Tres Actitudes” aluden a la manera en la que deberíamos enfocar nuestros entrenamientos.
Antes de realizar cualquier secuencia, sistema o método de entrenamiento debemos preguntarnos si tenemos la actitud adecuada para ello. Bajo mi punto de vista es la que determinará el resultado de nuestra práctica. De ella depende nuestra evolución y progreso.
Al comenzar un entrenamiento nuestra mentalidad debe ser la correcta, dejando atrás nuestros problemas cotidianos, nuestras preocupaciones y devenires. En definitiva, desconectando para reconectar con nosotros mismos. Son muchos los practicantes que fallan en ella.
Pongo un ejemplo. Si antes de practicar conozco que debo estirar adecuadamente y no se superar el dolor del estiramiento o me lo salto por este motivo, ya empiezo con mal pie. Ya ni te cuento si antes de empezar una secuencia estoy distraído, emocionalmente inestable o sin ganas de entrenar.
La aptitud correcta de entrada al entrenamiento debe ser 100% motivadora. Si hay que estirar, estiro sin quejarme e intentando dar mi máximo, uso las herramientas que mi profesor me facilita para gestionar el dolor y con ello evolucionar.
Para entrar en la secuencia debo tener una aptitud donde la calma mental, la relajación corporal y la suavidad inunden mi persona. De ahí que el primer posicionamiento, previo a la acción, se denomine Wuji 无极 (vacío absoluto).
Una vez inicio la secuencia debo estar plenamente centrado en el momento actual, sin distracciones. Vivir el presente creo que lo llaman. Sin embargo, hay practicantes que están distraídos, mirando si entorno, aquí y allí. Permanecen fuera de ellos.
Esta aptitud de continuidad nos ayuda no solo a evolucionar, sino que nos abre a la aceptación de las correcciones por parte del profesor, tomándolas como lo que son, una guía para evolucionar en la práctica y en la vida.
Sin esta aptitud, te estancas fijo.
No solamente es importante saber cómo entrar y permanecer en una secuencia, también lo es saber salir. Si mi aptitud de entrada ha sido correcta, al igual que me aptitud de continuación, no debemos modificar la de salida.
Si es correcta, al terminar la práctica esa paz, calma, suavidad y poder que nos otorga el entrenamiento debe permanecer en nosotros durante horas. De no ser así, estas fallando en la salida.
Por todo ello, las “Tres Aptitudes” pueden representar un trampolín para nuestro entrenamiento o bien, un muro infranqueable. De ti depende.
Si hasta el día de hoy no habías sido consciente de ellas, ponte cuanto antes a sentirlas y analizarlas para dar el salto a la próxima «pantalla del juego».
Por otro lado, también integradas dentro de los entrenamientos exclusivos de taijiquan, tenemos a las “Tres Velocidades”.
Las Tres Velocidades 三积 “San Ji”.
Aluden, como el nombre expresa, a los diferentes ritmos a los que puedo ejecutar las secuencias de taijquan. Por norma general, aceptado por el colectivo mundial, la velocidad de ejecución es lenta. Pues bien, esta afirmación no tiene porque ser así más bien, dependerá de los objetivos que estés buscando.
Por su puesto que la velocidad lenta es la estándar, nada que decir al respecto. Pero, dependiendo del ritmo que apliquemos a nuestras secuencias, podremos trabajar diferentes aspectos de nuestra evolución. Os explico.
«Las velocidades deberían ser tres: lenta, media y rápida»
Wudang Branches
Sigo hablando de taijiquan que nadie se disperse.
Solamente hay un estilo que combina al menos dos de ellas en sus diferentes secuencias, el estilo Chen. Creo que el estilo Wu también tiene una forma rápida. Ambos, aún modificando el ritmo, mantienen los principios básicos del arte. Eso es intocable. Pero ¿qué ocurre con el resto de los estilos?.
No penséis que por cambiar el ritmo de las formas estamos haciendo algo incorrecto o yendo en contra de los principios de nuestro estilo. Tiene más bien que ver con los objetivos que deseemos conseguir dentro de él.
La forma a ritmo lento, se cual sea el estilo, permite que el practicante se familiarice con las bases técnicas y propias de cada estilo. Por ello ningún estilo inicia a sus principiantes en formas rápidas y estilos que las tienen en sus curriculum, comienzan siempre la enseñanza por las lentas.
Nos ayudan a conocer la mecánica de nuestro cuerpo, a tener mayor conciencia corporal, calienta nuestros músculos y huesos haciendo que nuestro Qi (energía) circule adecuadamente. Facilita el contacto íntimo con la sensación de suavidad y relajación durante el movimiento, permitiendo un fuljo constante y equilibrado en la respiración.
Pero muchos practicantes, seguro se han preguntado, cómo es posible aplicar las técnicas en combate con esa lentitud. Pues bien, la respuesta es sencilla, ese no es su objetivo.
Luego tenemos el ritmo medio.
Se aplica en la misma secuencia que antes realizabas a ritmo lento, no es necesario cambiar. Con una misma forma puedes practicar todas las velocidades. Ahora bien, debes tener ya cierto conocimiento de tu funcionamiento corporal, sino estás perdido.
El objetivo reside en estimular tus tendones descubriendo si las bases del estilo y la forma están integradas en ti de manera mecánica. Te van iniciando en las bases del combate, sin compañero, ayudándote adaptar la respiración a una demanda superior de movimiento. Por norma general cuando aceleramos las formas la respiración deja de ser abdominal y sube a pectoral. En definitiva, nos pone a prueba.
Por último, tenemos el ritmo rápido, explosivo.
Recuerda que sigo hablando de taijiquan, no de estilos de wushu. Meter la sexta en las secuencias de taijiquan te hará descubrir hasta que punto estas preparado para dar el salto al combate. No tiene otro fin, no le des más vueltas.
Si no me crees prueba hacer tu forma habitual a máxima velocidad, no digo a ritmo medio, hablo de máxima velocidad. Será en ese momento en el que descubrirás si conoces y dominas tu cuerpo, si tienes integrada la secuencia, si entiendes los procesos de respiración que debes adaptar y sobre todo, llegarás tu solo a la conclusión de porqué el taijiquan fue una de las artes de combate más efectivas en la antigüedad.
«Si te acostumbras a lo lento, jamás reaccionarás rápido»
Wudang Branches
Solamente cuando domines las tres velocidades en todas tus secuencias de taijquan, sea inermes o con arma, estarás listo para ir a la siguiente “pantalla del juego”.
Con cariño…