LA VIA DE LA REALIDAD

La Vía del Tao

La “Completa Realidad” es una vertiente Taoísta dedicada a los procesos alquímicos internos de la cual, fueron integrante Zhang Bo Duan 張伯端 y Liu Yi Ming 劉一明.

Este último, dejó escritos veinticuatro preceptos para todo aquel que deseara introducirse en la Vía del Tao. Decía que solo cuando un principiante puede aplicarlos individualmente, estará en condiciones de encontrar un auténtico maestro que le adentre en el Tao. Por el contrario, si somos incapaces de llevarlos a la práctica y aprovecharlos (los consejos), dudosamente se podrá derivar beneficio alguno del hecho de acudir a un maestro y escuchar sus enseñanzas del Gran Tao.

Según nos cometa, la función del maestro es disipar cualquier posible error, comprender con claridad las necesidades del estudiante y ponerlo a prueba para verificar su grado de honestidad.

«La persona sincera y autentica es como el oro que no teme al fuego, sino que se torna más brillante y puro si cabe con la acción de las llamas, de modo que puede ser valorado y certificado por un experto.»

En palabras de Liu: «Quienes carecen de suficiente determinación tal vez acometan la obra diligentemente al principio pero tarde o temprano, acabarán abandonándola. Externamente obedientes pero internamente refractarios. Esa clase de personas se dedican a fantasear orgullosamente a cerca de los tesoros que poseen los demás, pero no pueden llevar a cabo sus propias tareas siquiera. Eso sucede porque no han dominado su temperamento, ni cambiado su actitud y todavía se hallan inmersos en el océano de los círculos viciosos. Aún si fuésemos dueños de bastas cantidades de oro y jade, los espíritus de los inmortales se reirían de nosotros y no responderían a nuestras súplicas. Las personas de esa clase son incapaces de escuchar las enseñanzas referentes a la Vía y mucho menos, de ponerlas en práctica.»

Liu explicaba acerca de los sabios: «Quienes están preparados para escuchar las enseñanzas del Tao se llaman pequeños sabios, mientras que quienes lo realizan reciben el nombre de grandes sabios. Ciertamente, todo lo concerniente a la capacidad de estos últimos escapa a la comprensión de los vanos oscurantistas.»

Monje Wudang

Veinticuatro preceptos (consejos)

1

Ve más allá de las cosas de este mundo. Si eres incapaz de ir más allá del mundo, te hundirás en el océano del sufrimiento. ¿Y cómo podrás entonces escapar de él?.

2

Corta con todas las complicaciones. Porque, si eres incapaz de hacerlo, tan solo te aguarda el círculo vicioso de los hábitos compulsivos.

3

Investiga completamente el principio y el significado porque, si no sabes discernir entre el cuerpo y la mente, tampoco podrás diferenciar entre locura y cordura y extraviaras el sendero.

4

Encuentra a un maestro y compañeros adecuados. Cuando vacíes tu mente, podrás llenar el vientre. Si te entregas a la autocomplacencia, envejecerás sin ningún desarrollo.

5

Que tu determinación sea inquebrantable. Si quieres alcanzar una meta permanente, tendrás que aplicarte a la obra de modo constante.

6

Despréndete del enojo y el odio. Si no despegas de tu interior el enojo y el odio, su turbulencia tan solo oscurecerá tu mente.

7

Abandona el apego al cuerpo material. Considéralo como algo temporal y fabricado y encontraras de manera natural la vía que conduce al cuerpo real.

8

No temas al trabajo duro. Dotado de fortaleza mental serás capaz de encumbrarte a lo más alto. Si tienes miedo a las dificultades jamás accederás a la realidad.

9

Tolera la ignominia y soporta el deshonor. Soporta la ignominia y, por más bajo que te encuentres, nunca será superado. Aguanta el escarnio y, aunque te retires, serás fuerte.

10

Perdona a los demás y hónralos. Es imprescindible que seas humilde y respetes a los otros. La deferencia ecuánime siempre es un buen método.

11

Ten escasas posesiones y considera tu vida muy en serio. Responde: si fueses dueño de una montaña de oro, ¿acaso podría protegerte de la impermanencia?

12

Considera a los demás y a ti mismo como iguales. Todos procedemos de la misma fuente, sin alto ni bajo. La discriminación entre “ellos” y “nosotros” sólo consigue levantar más polvo.

13

No caigas en los engaños del alcohol y el sexo. Si no bebes, tu naturaleza no sufrirá menoscabo y si te abstienes del sexo, tu fuerza vital permanecerá estable.

14

Acepta el hambre y el frío de buen grado. Comiendo y vistiendo conforme a tus circunstancias detén la imaginación ociosa. Si temes al hambre y al frío, nunca gozarás de tranquilidad.

15

Deja que viva y muerte se ocupen de sí mismas. Tanto la una como la otra dependen enteramente de la naturaleza. El mejor modo de buscar la Vía siempre estragar de mejorarnos a nosotros mismos.

16

Haz solo lo que sea de utilidad. Doquiera te encuentres, práctica únicamente las acciones adecuadas. Al percibir algún peligro, esfuérzate al máximo en ayudar a la gente.

17

No caigas ni un instante en la agitación. Es fácil perder la realidad en medio de la excitación y la seducción y despilfarrar nuestra naturaleza interna en los dominios sensoriales.

18

No te muestres orgulloso ni complaciente puesto que la arrogancia suscita el rencor ajeno. Si te entregas a una autosatisfacción serás incapaz de sostener el Tao.

19

No anheles manjares exquisitos. La personas superiores hacen planes a propósito de la Vía y no de la comida, mientras que la inferiores alimentan su paladar y no su mente.

20

No hables sobre lo incorrecto y lo correcto. Cada debe barrer la nieve que hay ante su puerta sin que deba preocuparle la escarcha en los tejados ajenos.

21

No trates de deslumbrar con tu intelecto, ni de sacar ventaja de tu talento y muéstrate siempre como un inepto. Si tienes algún conocimiento, ocúltalo y exprésate de manera ignorante.

22

Duerme menos y trabaja cada vez más. Dedica el día a la obra y, por la noche, mantente vigilante, sin cejar nunca en tu empeño. Reduciendo el sueño y olvidándote de comer, la voluntad se fortalece.

23

No te sientas deslumbrado por las cosas más hermosas. Perlas, jade, oro y plata, son objetos ajenos al cuerpo. En cambio, vitalidad, espíritu, esencia y vida, son nuestros tesoros fundamentales.

24

Sé constante de principio a fin. Si no aplicas todo tu esfuerzo a la obra, es difícil que alcances profundas consecuciones. Sólo serás capaz de contemplar la realidad cuando mueras abrazando el Tao.

Ren Farong

Espero que sinceramente estos consejos os sirvan de ayuda.

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