ESCUELA PRESENCIAL – ESCUELA ONLINE
Para nadie pasa desapercibida la pandemia que estamos viviendo, es precisamente en estos momentos cuando somos más consientes de la importancia de nuestra salud y de nuestro bienestar. No hablo de las medidas que se han impuesto a nivel mundial, hablo de ese dialogo interno que todos y cada uno de nosotros tenemos en el cual constantemente nos repetimos si funcionará nuestro sistema inmunológico, nuestras barreras defensivas y qué es lo está ocurriendo con nuestra paz mental.
Nadie dijo que esto de la salud fuera sencillo y mucho menos, que fuera nuestra responsabilidad.
Acostumbrados a ceder este espacio a los profesionales de la medicina alopáta llegado este momento de pandemia, el 90% de las personas no saben cómo actuar, no saben cómo guiar sus vidas y sobre todo no saben ni conocen cómo funciona su sistema inmune.
Rompiendo una lanza en nuestro favor, me refiero al conjunto de la humanidad, es necesario asimilar que todos hemos abandonado esa responsabilidad por educación familiar y social. Así nos construyeron.
Cuando enfermábamos o sentíamos algún tipo de mal estar lo primero que hacían nuestros padres era llevarnos al médico. Ese señor mayor con las gafas sujetas en la punta de la nariz y cuya ortografía solo comprendían los expertos en jeroglíficos.
Aunque, lo mejor estaba por llegar…
Una vez dado el diagnóstico a nuestros padres sea lo que fuese lo que ocurría con nosotros, a la pregunta de ¿por qué está mi hijo así?… las respuestas siempre eran las mismas:
En definitiva, ni nuestros padres, ni nosotros éramos responsables de enfermar.
Así fue y así sigue siendo.
Ya de adultos las respuestas se han vuelto más sofisticadas pero el resultado es el mismo. Eso sí, hay una nueva: «Autoinmunidad»… vamos que es tu propio cuerpo el que te ataca sin piedad y sin saber su por qué.
Allá te las apañes medicado de por vida.
Es hora de comprender que la salud no es asunto de los médicos, ellos están especializados en la enfermedad, no en la salud. Me explico.
Ningún médico te dice con estar sano, fuera de las sentencias convenciones y aprobadas en cátedra. Ningún médico vive contigo las 24 horas como para saber qué hábitos perjudiciales desarrollas y ningún médico nada entre tus estados emocionales como para entenderte.
Esos momentos solamente los vives con una persona concreta: TU MISMO.
Si quieres tranquilidad en estos tiempos debes aprender y reinventarte. Descubre que alimentación ayuda a nutrirte en lugar de desvitalizarte. Descubre que tipo de ejercicio o deporte se adecua a tus objetivos. Descansa todas las horas que puedas y consigue un sueño reparador. Crea una sexualidad constructiva donde como hombre veas a la mujer como lo que es, una Diosa a la cual nos debemos. Y ante todo, conoce tus emociones, analizadas, descúbrete, indaga, camina hacía el auto conocimiento, paz mental y estabilidad emocional. Hay muchas herramientas para ello.
Las que a mí me han servido y me han dado esa responsabilidad sobre mi salud y bienestar son: el Qigong, el Taijiquan y la Medicina Taoísta.
En el momento en el que empieces a comprender que tú no eres tus dolores, tus agonías y miedos entenderás que como ser humano, no representas un conjunto de sistemas que se estudian y tratan por separado.
Todos estamos formados por tres planos inseparables:
Y entre todos ellos debe existir un perfecto equilibrio. Se han de construir como un triangulo equilátero.
Pero, ¿cómo hacerlo?.
Te dejo unos pequeños consejos que te cambiarán la vida.
FÍSICO.
ENERGÉTICO.
ESPIRITUAL.
Todos y cada uno de estos puntos y alguno más determinan la responsabilidad en nuestra salud, convirtiéndonos en los principales directores de nuestra vida.
Pero ¿por dónde de empezar?.
La respuesta es sencilla. Si no sabes cómo hacerlo júntate con personas que estén en ello o ya lo hayan conseguido. Otra manera sencilla en ponerse en manos de un profesional de medicina alternativa, Qigong, Taijiquan o Yoga.
ESTAMOS PARA AYUDAR.
Sabias palabras y sabios consejos. Muchas gracias, Juanjo.
Me gustaMe gusta
A vosotros/as por dedicar tiempo a leerlo.
Me gustaMe gusta
Muchas gracias Maestro por compartir tu sabiduría. Un fuerte abrazo.
Gabino
Me gustaMe gusta
A ti por tus palabras, en realidad son cosas de sentido común. Un cordial saludo.
Me gustaMe gusta
Gracias por compartir tus sabias reflexiones y en este caso, difundir y dejar tan asimilable algo que aparentemente es sencillo, pero que tanto cuesta tener presente y llevar a cabo, como es tomar la responsabilidad individual de nuestra propia salud.
Me gustaMe gusta
Gracias a ti por leerlo y tomarte el tiempo de comentarlo. Un fuerte abrazo.
Me gustaMe gusta